25 noviembre 2011

Ma le stelle quante sono // Las estrellas se pueden contar

Aunque algunas un poco cursis, todas ellas me han gustado. Ha sido el último libro que he llegado a leer (ahora ando viciada al anime y si le sumo los apuntes, el estudiar y las prácticas de clase, necesitaría días con el doble de tiempo). De todas formas, aquí las dejo, ya que he tenido un ratito y bueno... me siento entusiasmada con el blog [inevitable]. 
Y ahora a sentarse, que va para largo. Y advertencia, si el romance te empalaga más que la miel o el café con diez cucharadas de azúcar (de las grandes, eh?!)... HUYE! La verdad es que no todas las que he puesto me parecen así de vomitar arco iris (pero a mi me gustan estas cosas y no distingo bien del todo). 
Pues eso.. frases de la parte de ella~

En alguna parte del mundo hay alguien que vive una historia que se refleja en la tuya.

Carolina es así, escucha las órdenes de su corazón y le obedece. Yo no, yo me hago caso toda entera. Y cada vez que tengo que tomar una decisión se convoca en mí una reunión de vecinos: corazón, cabeza, cuerpo y alma quedan y se consultan. Normalmente a quien hago más caso es a la cabeza porque me parece que sus ideas son mejores.

Pero el tiempo vuela y no te avisa, no te dice que está a punto de alcanzarte y que te va a adelantar.

A veces estaba cansada de ponerme en esas pieles usadas que pertenecían a otros, que no eran de mi talla. 

Porque es instintivo pensar que si te vas corriendo será más fácil no darte la vuelta. Porque te parece que cuanto más lejos estés, más pequeño y distante verás lo que dejas a tu espalda. Pero las reglas de la perspectiva no son válidas en el amor. Puedes alejarte mil kilómetros, meses, años, pero sólo con volverte un segundo, con bajar un poco las defensas y dejarte vencer por el recuerdo, allí estará, guapo como siempre, con sus ojos pegados a los tuyos, con su mano intentando retenerte. Porque el amor utiliza extraños medios de transporte.

- ¿Te acuerdas? Tú apuntabas con el dedo y te ponías a contar las estrellas.
- Sí, pero una pelmaza me lo movía y me hacía perder la cuenta...
- Venga, si era imposible, nunca lo habrías conseguido...
- Ya, de pequeña pensaba: cuando encuentre el amor lo podré hacer todo, incluso podré contar las estrellas...
- ¿Y ahora?
- Ahora pienso que hay demasiadas estrellas.

Me gustaría un mundo más dócil, que no te hiciera perder las riendas, que no te arrastrara a donde quisiera. Un mundo pequeño, que te lo metieras en el bolsillo, como un llavero. Un cielo que te cuide, que no te olvide. Y pienso que sería bonito que la vida fuera como las crepes, que las puedes rellenar como quieras. ¿Que quieres cacahuetes? Te ponen cacahuetes. ¿Que quieres coco? Te ponen coco. Pero la vida es una comida pre cocinada, alguien ya ha escogido los sabores por ti. Y tú ¿qué puedes hacer?

(Realmente me gusta que no tengamos las riendas, pero me gustó la frase en cuestión x3)

Nos encontramos allí los dos, protegidos por esa oscuridad, en un jardín que no nos pertenece, pero que es nuestro. Dos sombras se quitan los zapatos y caminan con los pies descalzos, sintiendo las cosquillas de le hierba fresca entre los dedos. Caminan, sin luz, sin palabras, sin sendero. Y cada paso es un riesgo. Pero, a veces, es tan bonito arriesgarse... 
Dos sombras se buscan en la oscuridad, se encuentran en sus labios que saben a sirope de fruta.

Yo sé sentir las emociones. Y también quiero vivirlas, porque se que tu también las sientes y que son las mismas que las mías.

En esa rima, tantas veces malgastada, se esconde un significado honesto que pocos consiguen darle. Y quizá las personas tendrían que esforzarse en esto, en buscar los significados, no las palabras.

Pero me siento más mía, lo cual es extraño porque ahora también soy suya. Y cuanto más suya soy, más mía me siento.

Mi cabeza encaja a la perfección en su hombro; ése es su sitio. Los cuerpos no están hechos para estar solos, el amor es un juego de encajes. Hay que encontrar la pieza adecuada, hay que tropezar y seguir buscando, como el mar, que abraza a su playa porque sin ella él no existiría.

Porque si no me escribo ¿cómo voy a leerme?

Sonrío contenta de mi metamorfosis: la oruga se ha convertido en una mariposa, necesitaba a alguien que le mostrara sus alas, pero la mariposa ya estaba allí, en la oruga.

Los recuerdos son como los niños, no hay que hacer ruido porque cuando se despiertan es difícil que vuelvan a dormirse. Mejor no hacer ruido.

Mi corazón, de vez en cuando, cae enfermo: es la enfermedad de los recuerdos. Es una terapia larga y difícil, se cura viviendo.

Y un vídeo. No tiene absolutamente NADA que ver con el libro o las frases, pero fue la canción que más sonó en el mp3 cuando lo estaba leyendo, así que por repetición cada vez que la escucho me acuerdo de esta historia.


End.

1 comentario:

  1. Me encantan las frases :), la verdad esque me parece un libro bastante interesante :3. Y el blog me gusta mucho :D el color y el fondo relajan bastante y da gusto leer ^^. y sobre como se llama el blog xDDDD que gracia es muy original!. en resumen, que mola mucho :D.

    ResponderEliminar